[ MECANISMOS DE POROSIDAD ]
Alg-a Lab y el proyecto Verbenas Periféricas participan en el texto colectivo Mecanismos de Porosidad. Intersecciones entre Arte, Educación y Territorio, editado con motivo de la pasada edición de la QUAM 2012 y en colaboración con Aula en el Patio, un proyecto de Lo Pati, Centre d'Art de Terres de l'Ebre. La edición es bilingüe catalán-castellano.
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Teresa Martín hace una valoración, resumen de lo que fueron las jornadas “Mecanismos de porosidad. Arte-educación-territorio” organizadas por el centro de arte ACVic y la Universat d’estiu de Vic. Enlace al artículo original.
“La semana pasada estuve en Vic en el Forum QUAM2012. Este año dedicado a los Mecanismos de porosidad. Arte-Educación-Territorio. Las jornadas fueron organizadas por ACVic y la Universitat d’Estiu de Vic, dirigido por Ramón Parramon y coordinado por Maite Palomo. ACVic (Centre d’Arts Contemporànies), es un proyecto centrado en la relación entre la actividad educativa, el territorio y la interacción social y surge de la cooperación entre el Ayuntamiento de Vic, el Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya y H. Associació per a les Arts Contemporànies.
“La semana pasada estuve en Vic en el Forum QUAM2012. Este año dedicado a los Mecanismos de porosidad. Arte-Educación-Territorio. Las jornadas fueron organizadas por ACVic y la Universitat d’Estiu de Vic, dirigido por Ramón Parramon y coordinado por Maite Palomo. ACVic (Centre d’Arts Contemporànies), es un proyecto centrado en la relación entre la actividad educativa, el territorio y la interacción social y surge de la cooperación entre el Ayuntamiento de Vic, el Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya y H. Associació per a les Arts Contemporànies.
El programa de esta edición fue el siguiente: María Acaso [rEDUvolución] + Elena Bartomeu / Tània Costa / Octavi Rofes [creatividad y realidad indexada] + Victoria Gil-Delgado / Diego del Pozo [pedagogías críticas y prácticas culturales - Las Lindes/CA2M] + Montserrat Cortadellas / Jordi Martí Font [escuela, supervivencia y posibilidades] + Belén Sola [educación y acción cultural-DEAC-MUSAC] + José Luis González [arquitectura, patrimonio sociocultural, educación y reflexión crítica -Proxectoterra] + Oriol Fontdevila / Laurence Rassel / Linda Valdés [Archivo y prototipos en código abierto -Fundació Antoni Tàpies] + AMASTÉ [co-creación, autogestión, procomún, emprendizaje social] + Arturo / fito Rodríguez Bornaetxea [educación artística y acción política] (participa con un texto) + Proyectos y ponencias seleccionadas en convocatoria abierta: A Bao A Qu – Cinema en curs + Alg-a Lab – Verbenas Periféricas + Agata Ruchlewicz-Dzianach -Your [un]usual wedding + Colectivo Mobiolak – Artistas de repente + CMPPO – Parelles Artístiques + Pedagogías Invisibles – En Construcción + Les Salonières – Zona Intrusa + Exprimento Limón – ENSAYO- ERROR.
Mi balance en general fue bastante positivo y vuelvo con energías renovadas. Las sesiones fueron intensas y hubo debates interesantes tanto en las presentaciones de los ponentes y alguna ponencia de la convocatoria abierta, como en los tiempos de preguntas y los momentos off de cafés y comidas. Como es normal hubo cosas que me gustaron e interesaron bastante y otras que no tanto.
Algunos datos son reseñables como antídoto al pesimismo generalizado en el ámbito cultural y educativo. Por una parte me parece destacable la gran afluencia de público que asistió durante las largas sesiones de los dos días, hecho que obligó a la organización a cambiar de espacio para el desarrollo de las jornadas. Huelga decir que Vic no es un lugar céntrico y que la gente que nos desplazamos hasta allí es evidente que teníamos interés y ganas de contrastar ideas y compartir experiencias.
Por otra parte, hubo un elevado número de propuestas (85) que se presentaron a la convocatoria abierta de ponencias y proyectos. Lo que hace pensar que hay un número considerable de gente haciendo cosas en estos ámbitos y que quieren compartirlas. En este aspecto me surgen ciertas dudas sobre los criterios que siguió la organización para la selección de los proyectos. Algunos propuestas seleccionadas me parecieron poco adecuadas a la temática planteada para estas jornadas, pensando en el elevado número de trabajos presentadas es difícil creer que no hubiese otras más interesantes para este foro, que prestaran más atención a los vínculos con contextos específicos e implicaciones sociales.
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Muchos fueron los temas interesantes que se plantearon en esos dos días, pero me centraré solo en comentar algunos de los puntos críticos que más debate produjeron y que personalmente me parecen más relevantes:
Sobre la necesidad de cambiar los formatos, metodologías y espacios para el aprendizaje. Parece bastante consensuado que estos aspectos no solo son cuestiones formales sino que actúan como símbolos invisibles de poder, jerarquizando las relaciones. El enfoque general en Quam2012, al menos en la teoría, era la necesidad de transgredir, modificar, o como mínimo cuestionar esos formatos y espacios, pero en la práctica esto ya no es tan fácil cuando están por medio las instituciones, la arquitectura y grupos numeros de gente. Como suele ser habitual en los últimos tiempos, siempre que surgen estos temas se genera un meta-debate en el que inevitablemente se acaba cuestionando el propio formato de las jornadas. Este caso no fue una excepción. El elevado número de ponentes y público, el formato de “conferencia” una tras otra, con muy poco tiempo para preguntas y debate y el propio auditorio con tarima es evidente que eran un formato inadecuado para la temática propuesta. Entiendo que es complicado conciliar la necesidad de dar cabida a un número elevado de participantes y plantearse formatos más horizontales. A favor de la organización decir que se disculparon y que tuvieron la delicadeza de pasar unas hojas para recoger sugerencias, en las que explícitamente preguntaban la opinión de los participantes para mejorar el formato de las jornadas. En este sentido, opino que teniendo en cuenta la accesibilidad mayoritaria a herramientas digitales, los formatos podrían ser otros. Por ejemplo se podría facilitar previamente a las jornadas el material de presentaciones y textos, esto permitiría que el tiempo de encuentro se dedicara casi exclusivamente al debate y a sesiones de trabajo sobre aquellos temas que pudieran generar más interés o controversia. Incluso con gran afluencia de participantes se podría resolver generando más o menos grupos de discusión y una posterior exposición de los resúmenes de lo debatido para que se pudiera compartir entre todos. Bien es cierto que estos formatos implican una esfuerzo de todos los participantes, pero es el único modo de posibilitar una disolución de roles ponente-espectador, creo que sería mucho más coherente con los temas y enfoques que se pretendían abordar.
En las ponencias el debate sobre los formatos se abrió desde el inicio, María Acaso que fue la primera ponente, abrió el fuego con “Esto no es una clase”, en la que planteó sus críticas al actual modelo educativo. Como alternativa propuso seis conceptos básicos para desarrollar otros procesos de aprendizaje: aceptar el inconsciente en el proceso de trabajo, trabajar el poder, habitar el aula, apostar por la experiencia frente al simulacro, pasar de lo descriptivo a lo narrativo y por último dar prioridad a la investigación sobre la evaluación. El tema de los formatos y los espacios como aspectos simbólicos de poder fue planteado también, de forma más o menos explícita en otras ponencias como la de Las Lindes (CA2M), o la presentada por Belén Sola del DEAC Musac cuando comentó las diferencias de intereses entre diversos departamentos del propio museo, Motserrat Cortadella planteó el debate sobre la ideología implícita en las metodologías educativas habituales en secundaria, también surgió el cuestionamiento de espacios y formatos en el proyecto “Obrir els prototips“ (Fundació Tapies), presentado por Oriol Fontdevila, Laurence Rassel y Linda Valdés, el propio hecho de hacer accesibles los archivos del museo implica múltiples cuestionamientos acerca de los límites y usos de la institución. Tanto en estas ponencias mencionadas como en algunas presentadas en el marco de la convocatoria abierta surgió el debate en torno a la necesidad o cuestionamiento de los formatos expositivo y los lugares de exhibición como herramientas legitimadoras de las experiencias pedagógicas, así como ¿qué lugares podían ser susceptibles de ser considerados adecuados para la finalidad expositiva? esto último planteado tanto por Les Saloniers como por Agata Ruchlewicz-Dzianach. ….
Otro de los temas críticos que más veces surgió fue justamente el de los límites y la permeabilidad de las instituciones, ya fueran académicas o museísticas. María Acaso planteó en su epílogo que la pedagogía (académica) era una práctica hermética, cuya “membrana” debería ser rasgada para crear mecanismos de porosidad que permitan que pudiera hibridarse con otras disciplinas. José Luis Gónzalez de “Proxectoterra” (proyecto vinculado a una red de escuelas gallegas de secundaria en colaboración con el Colegio de Arquitectos de Galicia) propuso que en lugar de rasgar la membrana por fisura podría ser más útil una ruptura por ósmosis, como una forma de transformación más amable pero igualmente irreversible. Belen Sola (Musac), Las Lindes (CA2M) y los responsables de “Obrir els prototips” (Fundació Tapies) plantearon todos ellos diferentes conflictos entre los departamentos pedagógicos y las instituciones museísticas a la hora de desarrollar proyectos que implicaban vínculos con el contexto social. Respecto a este tema fue curioso la diversidad de puntos de vista sobre el papel de la pedagogía entre los ponentes que venían de instituciones académicas y las que venían de instituciones culturales. Para los primeros lo pedagógico parecía el elemento excluyente y limitador, sin embargo para los que trabajaban en los museos y para los que realizaban prácticas educativas no-formales (no regladas) este era precisamente el elemento puente y conector con los contextos sociales y con otras disciplinas. Lo apunto como un tema interesante para la reflexión, de esos que por tan obvio pasa muchas veces desapercibido y resulta invisible. Creo que podría dar materia para un buen debate.
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Otro tema clave que apareció repetidamente estaba relacionado con las dificultades de las metodologías para el desarrollo de proyectos basados en procesos abiertos. Estos problemas surgían en todos los ámbitos por igual, ya fuera en contexto formales o informales, académicos, culturales o sociales. Es evidente que en cada contextos surgían especificaciones propias. Así en el entorno museístico, en la investigación o en el aprendizaje académico el principal problema suele ser el hecho de tener que trabajar por proyectos en los que se deben definir plazos, objetivos y resultados, normalmente vinculado a temas presupuestarios o decisiones políticas. En los ámbitos más informales los problemas se suelen centrar en la propia dificultad de la autogestión que abarca tanto la búsqueda de diversas fuentes de financiación, como la autoorganización y el mantenimiento de un grupo de trabajo o red de colaboradores, algunos de estos temas fueron planteados también por Amasté, en su presentación del proyecto “Colaborbora“. El problema de los procesos abiertos y a largo plazo también fue comentado por el Grupo de investigación GIAI-AE (Grupo de Investigación, Acción Interdisciplinar- Arte y Entorno) de la UNAM, para ellos este tema supone un problema común tanto en lo artístico como en lo académico, destacando que en numerosos colectivos y redes de colaboración se trabaja más en términos de tácticas que de estrategias a medio o largo plazo lo que en su caso dificulta la continuidad de los proyectos. Las Lindes también planteó el problema de las comunidades fragmentadas e intermitentes en relación al seguimiento y continuidad de algunas actividades.
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También apareció de forma recurrente el tema de los conflictos en los procesos colaborativos en el desarrollo de proyectos artísticos y educativos, tema que se hace todavía más complejo cuando introducimos también en juego las relaciones con los contextos y las implicaciones sociales. Las Lindes, Amasté, el equipo de trabajo de “Obrint els prototips” y Belén Sola fueron los que más hincapié hicieron en este tema. Entre los múltiples conflictos mencionados aparecieron los siguientes: que la colaboración muchas veces implica procesos largos y complicados, la dificultades que surgen en las negociaciones para llegar a acuerdos y consensos, problemas en torno a la representación en las prácticas colectivas, conflictos derivados de la co-gestión, la auto-organización, la corresponsabilidad, o el reconocimiento de autorías y derechos sobre el uso y difusión de los proyectos, estos últimos aspectos se pueden agravar cuando se parte de situaciones desiguales entre los colaboradores. A veces la dificultades se producen por la propia constitución inestables de las comunidades o redes de colaboración o por la diversidad de intereses y objetivos que acaban dificultando el acuerdo o las prioridades en la toma de decisiones. A pesar de todos estos posibles puntos críticos la mayoría de los ponentes hicieron una fuerte apuesta por la colaboración como estrategia fundamental para canalizar proyectos que vinculan las prácticas artísticas, lo educativo y lo social y también ofrecieron aspectos positivos y ejemplos de logros de proyectos realizados en colaboración. Además la colaboración puede constituir en sí misma un verdadero aprendizaje y catalizador para la transformación de los distintos contextos.
Bajo un punto de vista completamente opuesto se posicionaron los miembros del Grup de Recerca en Practiques Avançades d’Art i Diseny Eina, que abiertamente polemizaron sobre el desacuerdo como la mejor forma de colaborar. Hicieron una defensa del disenso y el conflicto como una forma de explicitar las fracturas y abogaron por la radicalidad como elemento raíz de todas las cosas. Criticaron la excesiva confianza en los equipos interdisciplinares porque consideraban que limitaba las colaboraciones a los roles profesionales. También se mostraron en desacuerdo como los procesos de mediación o de consenso que consideraban sobrevalorados. En definitiva, se reconocían como un grupo de individualidades que consideraban el conflicto como la base de su colaboración. Ellos mismos ejemplificaron el desacuerdo, no sin aportar un toque de humor a su propia presentación que diluyó levemente la polémica.
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Todo el tiempo estuvo rondando la idea de la capacidad transformadora (o no) del arte en los contextos específicos. En este sentido creo que los proyectos con más peso institucional eclipsaron un poco otras prácticas más centradas en la exploración de vínculos con el territorio o lo social. En este sentido las propuestas que se presentaron fueron muy diversas. Algunos proyectos centraban su proceso de transformación en el cuestionamiento de los roles y posicionamientos sociales mediante temas como la identidad, por ejemplo “Artistas de repente”, o “Performing the body” ; otros en el valor pedagógico del arte o el cine para redescubrir la realidad como en el proyecto “Cinema en curs” de Abaoaqu. Por su parte Pedagogías invisibles planteaban reflexiones en torno a lo social desde la perspectiva de las relaciones intergeneracionales como el proyecto “En Construcción” o 0-99 con el que proponen activar talleres en los que no solo participen los niños sino que tengan que implicarse también los adultos. En otras propuestas el territorio era claramente el agente vertebrador de las experiencias o del aprendizaje como en los proyectos de GIAI-AE o el Proxectoterra.
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Un tema que también se repitió bastante desde distintas perspectivas fue la necesidad de evaluar, archivar y compartir experiencias y recursos. Sobre esto incidieron también Las Lindes, con su propuesta de archivo de textos y vídeos de las sesiones de debate, Amasté con sus estupendas valoraciones gráficas y defensa del dibujo como medio de visualización de ideas, en sus prácticas además suele ser recurrente la importancia que otorgan a compartir metodologías y utilizar los archivos como herramientas de experimentación y aprendizaje. Por su parte “Obrir els prototips” planteó diversas problemáticas en torno a la apertura y accesibilidad de los archivos, que iban desde cuestiones de organización y clasificación, pasando por aspectos técnicos, hasta cuestiones ideológicas “abrir el archivo significa, no tener nostalgia pero sí memoria”. Sobre este tema también puso el acento discordante el grupo de investigación de Eina polemizando sobre los límites de la indexación como una “estética de la distancia” que impide la experiencia, eliminando la visión personal y homogeneizando la realidad, alejándola de su significado. En su discurso alertaron sobre los peligros de la sobredocumentación y la facilidad de comercialización de todo lo que llega a ser indexado. Sin menospreciar el interés que pudieran tener sus teorías, opino que su propuesta pudo resultar excesivamente teórica y los ejemplos prácticos que ofrecieron al ser preguntados fueron poco afortunados para explicitar su posible aplicación práctica.
Las referencias a la crisis económicas, los recortes y los problemas de financiación, aunque estuvieron presentes y se hicieron explícitas en más de una ocasión, en ningún momento fueron centro del debate. En algunos de los casos que fueron mencionados estos temas fue para hacer balance y autocrítica “las cosas no se hicieron bien cuando se pudo” y “ahora se tienen que optimizar los recursos como se pueda”. En general es muy de agradecer que el tono fuera constructivo y propositivo, como la propuesta de Colaborabora a través del proyecto Goteo de crowdfunding, y algunas propuestas que se están planteando desde el DEAC Musac. Varias de las propuesta seleccionados en la convocatoria abierta son un claro ejemplo de que hay buenas ideas que pueden realizarse con pocos recursos y no por ello pierden capacidad transformadora. En este sentido me parecieron destacables: el proyecto autogestionado “Verbenas periféricas” presentado por Alg-a lab, el proyecto “Artistas de repente” propuesto por el Colectivo Mobiolak, “Performing the body” de Les Saloniers para Zona intrusa 5, o los proyectos de Pedagogías Invisibles.
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Por último decir que personalmente fue interesante poder ver el seguimiento de algunos proyectos que ya conocía y las valoraciones de su propios autores o responsables, así como la posibilidad de descubrir otros proyectos desconocidos. Fue un gusto reencontrar a amigos y conocidos y tener oportunidad de conocer gente que hace cosas de interés. En definitiva, fue un encuentro rico en conocimiento, debate y experiencias. Es justo agradecer a la organización ACVic la capacidad de convocatoria y gestión para que estas jornadas hayan podio realizarse en un contexto que seguro que no está siendo fácil. Ojalá que iniciativas como esta puedan seguir realizándose en el futuro.”